Himnos del Agartha II (16)
PÚBLICO
Introducción
He aquí estos cantos de alabanza a la Unidad y el Misterio. Raptos de Amor que recrean el Origen en su despliegue cosmogónico: una estructura jerarquizada por planos o grados del Ser, cuyos nombres representan Energías o Ideas-Fuerza y constituyen un entramado de relaciones que conforma la arquitectura del Cosmos significante, viva y actual en tanto se renueva mediante invocaciones y otras formas de recordar dicho Origen.
Todo un encantamiento musical de palabras y números, –el lenguaje tal y como lo conocemos–, con el que se puede nombrar la Creación entera trascendiéndola, es decir, el acceso a los estados superiores del Ser, como antesala de la Conciencia de Unidad y el No-Ser.
(...)
A Marte
Suenan tambores de guerra anunciando tu llegada
y por ti se inflaman los corazones y relucen las corazas.
Guerrero de corazón ardiente que haces prevalecer el orden
para que pueda reinar la Justicia,
en el corazón de Roma te consagró Numa un altar,
pues príncipes y amantes de la Paz son tus iniciados.
Fiel guardián del tesoro, justiciero de cobardes y traidores,
aniquilas sin piedad a los usurpadores
que ilícitamente se arrogan lo sagrado.
Hierro corre por tus venas para ejecutar la Ley,
y no dejas más opción que la lucha cara a cara,
instando a comprender que sólo la Muerte libera
de la férrea y tenaz sombra que a cada quien acompaña.
Sólo a ella entrega libremente su alma
el que en su desnudez no busca sino ser Uno con todo.
Y así divides y separas de raíz para poder unir sin trabas,
fulminando las altas torres que se afirman soberbias en falso.
Es tu color el de la sangre y el Fuego
que con vigor alienta el combate glorificando tu marcial estirpe.
Oh dios de la Guerra, atraviesa con tu espada todo corazón valiente
para que en tu ara arda y en purpúreo arrebato
alcance el éter cubierto por el regio manto.
Sólo traspasando tu dura coraza
se libera el alma del temor que provocas,
porque conocerte es amarte,
y al reflejarse la más hermosa en tu flamante armadura
atrae tu hierro y te desarma sin fuerza,
dejándote penetrar su desnuda belleza
para revelarse el Amor más puro y verdadero,
el que justifica y dignifica la dura lucha interna
que acrisola y sublima el alma.
Tú que con Sabiduría custodias la Obra
señalando con tu airosa flecha el camino de las estrellas,
otorganos la fuerza del héroe
para merecer y honrar tan excelso destino,
y aprender a transmutar el dolor en comprensión,
tiñéndose así de cobre todo exceso de rigor,
pues tras el arte de la guerra se esconde el arte de amar.
Y aunque te escudes en disuasoria apariencia,
no es sino pureza lo que tu corazón destila,
y tu dura coraza de oro púrpura refulge
en la oscura noche del alma
al reflejar el camino ascendente
que lleva al héroe a alcanzar su Destino.
Fuente: http://symbolos.com/n55invierno2018/himnos2/himnos-del-agartha-2.htm
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