H I G E A surge en respuesta a la necesidad del desplazamiento del factor humano en términos del desconocimiento de su mundo interno, espíritu, alma, consciencia, mente, personalidad, sus centros: mental, emocional e instintivo; ensamblados en el cuerpo humano a partir de la combinación bioelectroquímica perfecta.
Se encuentra en el mercado falta del sentido de la responsabilidad por la sagrada vida, desconectando, confundiendo y haciendo del ser un instrumento de comercialización, jugando a ser espirituales y a negociar con la consciencia. Ha sido interrumpido el derecho propio del humano a encontrar su unificación interna a través del apoyo de otros, pues inevitablemente para crecer, el ser humano necesita de los demás y al encontrar un mundo fragmentado no logra unificarse en equilibrio ni integrarse como ser humano y mucho menos desarrollar todas potencialidades propias de sí mismo.
