H I G E A Valores
La autoconsciencia intelectual puede descubrir la belleza de la verdad, su calidad espiritual, no solo en la consciencia filosófica de sus conceptos sino más certera y seguramente por la respuesta infalible del espíritu de la verdad siempre presente.
La felicidad resulta del reconocimiento de la verdad porque puede ser actuada. Puede ser vivida.
El desencanto y la pena se producen por el error porque, no siendo este una realidad no se puede lograr en la experiencia. La verdad divina se conoce mejor por su sabor espiritual.
La eterna búsqueda es de unificación, de coherencia divina. El universo intelectual se hace coherente en el Dios de la mente. El universo espiritual es coherente en la personalidad autoconsciente, autodeterminada y autocreadora. El yo material es verdadera e incualificablemente personal.
